MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, defendió este martes en el Senado la conveniencia del recién aprobado Pacto de Inmigración y Asilo de la UE, que “llega en un momento clave a las puertas de las elecciones al Parlamento Europeo”, en el que es necesario “hacer frente a discursos radicales” que ponen en peligro los avances en derechos y libertades logrados tras tantos años.
En la sesión de control al Gobierno, Saiz advirtió que “debemos tomarnos en serio” este riesgo, que ya “hemos visto con los Gobiernos locales y autonómicos de Vox y PP, y también en Italia y Hungría”.
“Sabemos lo que está en juego y no podemos permitir que la inmigración se convierta en combustible” para estos mensajes, alertó, y declaró que “ahora tenemos un marco jurídico común y predecible” con el que responder a “quienes no quieren una Europa unida”.
La ministra respondió así a las críticas planteadas por la senadora de Bildu Idurre Bideguren, quien le echó en cara que “la idea principal consiste en impedir la llegada de personas migrantes y en la devolución de quienes lo consiguen”.
A su juicio, resulta “vergonzoso admitir el cierre prioritario» de fronteras a los países africanos y que se esté planteando «aceptar cárceles marítimas como la isla de Alborán”. “No entiendo cómo le compran así el discurso a la derecha reaccionaria”, criticó Bideguren. “¿Cómo pueden aceptar ficciones jurídicas como el principio de no entrada?”, inquirió.
En su opinión, la reforma del sistema de migración y asilo en la UE “era necesaria, pero no así». Lamentó además que “no haya ningún avance en este pacto para impedir las muertes en el Mediterráneo” y denunció que, de hecho, “se ponen más trabas al trabajo de las ONG”. “¿Cómo compran la idea de ‘pagar por no acoger’? ¿Hasta cuándo esta falta de humanidad?”, se preguntó.
Según Saiz, el Pacto alcanzado ofrece “un sistema común de asilo” y unas reglas comunes basadas en “la solidaridad y la corresponsabilidad, la lucha contra la trata, los derechos humanos y el fomento de una inmigración a partir de vías legales, ordenadas y seguras”. «Era necesario un acuerdo realista y pragmático, sabiendo que sus soluciones no son perfectas, pero sí razonables ”, admitió.
Tras más de una década de negociaciones, “por fin tenemos un marco predecible”, subrayó. “Había dos opciones: o seguir como estábamos y fracasar en las negociaciones, o llegar a un pacto que ofrece seguridad jurídica”, con el que “por fin tenemos unos principios comunes que se integran en el acervo europeo”.
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