En los últimos años se han popularizado conceptos como sostenibilidad, economía colaborativa y consumo inteligente. Lo que tienen en común todos ellos es que buscan un mejor aprovechamiento de los recursos que tenemos. Que huyamos del consumismo exagerado que parece haberse impuesto y seamos más conscientes a la hora de adquirir productos.
¿Qué es el consumo inteligente?
Todos nos hemos dado cuenta de que las campañas publicitarias buscan lo que se conoce como compras por impulso. Que veamos algo, nos guste, y lo compremos inmediatamente sin pensarlo. Pues bien, el consumo inteligente es justo lo contrario. Se trata de pensar muy bien qué es lo que vamos a comprar, huyendo de esas compras por impulso.
¿Qué características que definen a un consumidor inteligente?
- Busca formas de ahorrar en los productos y servicios de consumo.
- Antes de tomar una decisión de compra medita mucho sobre ella.
- Prima la calidad sobre la cantidad, porque sabe que un producto de calidad le va a durar más tiempo, con lo que a la larga habrá un ahorro.
- Compra solo aquello que considera realmente necesario.
- Compara precios.
- Busca una nueva vida para los objetivos viejos: venta de segunda mano, reciclaje, donación, etc.
Ventajas del consumo inteligente
La ventaja es muy clara, el ahorro. No solo porque comparamos precios y buscamos la mejor oferta, también porqueevitamos gastar dinero en bienes/productos que realmente no necesitamos.
Todos en alguna ocasión hemos realizado una compra por capricho y hemos acabado con un armario lleno de ropa que no nos ponemos o con las estanterías llenas de objetos que en el mejor de los casos hemos utilizado una sola vez.
Nuevas formas de consumo
El 60% de los europeos y el 61% de los españoles, piensa que su forma de comprar se ha visto modificada en los últimos 5 años. De hecho, según algunos estudios recientes, sobre el índice del consumidor inteligente, el 56 % de los europeos admite haber reducido el número de compras impulsivas, siendo todavía aún mayor el porcentaje de personas que declaran haber reducido el número de este tipo de compras en España hasta llegar al 69%.
Las compras por internet evidentemente están a la cabeza de nuevas prácticas de consumo, en el que sólo el 15% de europeos dicen no realizar compras de productos nuevos a través de internet. Por el contrario el 73% de los europeos utiliza Internet y las tecnologías móviles para realizar sus compras. Los resultados de la encuesta en nuestro país reflejan idénticos resultados.
Observamos de manera creciente el precio así como la procedencia y composición de los productos. Esta opción se encuentra en la tercera posición de los cambios en la formas de consumo e implica un aumento del interés del consumidor por los productos con etiquetas “libres de” que indica una marcada tendencia hacia lo natural, sobre todo en productos alimenticios. Por otro lado, el consumidor europeo empieza a entender como un componente de la calidad de los productos, la relación de éstos y el impacto medioambiental que producen.
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