MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El ministro de Universidades, Joan Subirats, ha asegurado que las señales que está recibiendo de los grupos parlamentarios para sacar adelante la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) «son positivas».
«He tenido reunión con trece grupos parlamentarios, comparecencia en el Congreso y el Senado. Entiendo que de momento las señales que estamos recibiendo son positivas», ha señalado este martes Subirats durante su comparecencia en rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros en la que se ha aprobado el anteproyecto de la LOSU, que pasará ahora a su trámite parlamentario y que plantea medidas para la reducción de la precariedad en la universidad, derechos para los estudiantes como el paro académico o un compromiso de gasto del 1 por ciento del PIB.
Para el ministro, un tema «clave» de esta ley es que aborda el «problema de financiación». «Si estamos en un nivel de financiación parecido al de 2009, con todo lo que ha cambiado, tiene que haber un compromiso por parte del Gobierno. Hemos situado en nuestro umbral conseguir el 1% del PIB en los próximos años», ha apuntado.
En este sentido, Subirats ha añadido que la LOSU establece una comisión para trabajar entre el Estado español y las comunidades autónomas para conseguir ese objetivo de financiación «en los próximos años».
LA LOSU, UNA LEY «QUE MIRE HACIA EL FUTURO»
Durante los seis meses que lleva de ministro, Subirats ha explicado que ha podido hacer algo que su antecesor, Manuel Castells, «no pudo hacer por la pandemia que es estar en contacto con todo el sistema universitario, con reuniones con los distintos actores e intentando conseguir que la ley fuera vista por todos como una ley que pueda superar estos 20 años que lleva la anterior ley».
«Una ley que mire hacia el futuro, hacia los próximos 20 años que incorpore los elementos de cambio de época y que prepare a las universidades para mirar hacia el futuro en temas de talento, empleabilidad e internalización», ha manifestado.
El ministro ha advertido de los elementos que se han ido produciendo en los últimos años «por una combinación perversa entre la falta de financiación pública adecuada para el sistema universitario, el aumento de estudiantes y la falta de una tasa de reposición adecuada que permitiera renovar al profesorado».
«Se ha superado por mucho la tasa de temporalidad. Este anteproyecto, que va a entrar la semana que viene en el Congreso, supone la incorporación de 25.000 profesores asociados con contratos indefinidos, que entrará en vigor antes de diciembre de 2024, alcanzando el objetivo de luchar contra la precariedad, contra la temporalidad y llegar al objetivo del 8%», ha apuntado.
De este modo, la ley prevé convertir las plazas temporales del profesorado asociado en indefinidas, medida de la que se beneficiarán más de 25.000 profesores asociados y que supondrá una reducción de la temporalidad del sistema universitario, pasando del 40% que fija la ley actual al 8%.
LA FORMACIÓN A LO LARGO DE LA VIDA, UN ELEMENTO «MUY IMPORTANTE»
Entre los principales cambios introducidos por el ministro de Universidades, se encuentra lo relativo a la formación a lo largo de la vida, es decir, hacer que las universidades estén dirigidas a todas las edades, para dar respuesta a las necesidades competenciales en la edad adulta y por el cambio demográfico previsto en los próximos años.
«Estamos en una etapa en la que la formación a lo largo de la vida es un elemento muy importante. Las universidades han de tener una gran capacidad de protagonismo en esta línea», ha apuntado Subriats, destacando que la ley determina que la formación a lo largo de la vida sea una función básica de la universidad y se establecerán títulos propios de formación a lo largo de la vida mediante modalidades diversas, incluidas microcredenciales, microgrados y otros programas de corta duración, que podrán tener reconocimiento académico.
Asimismo, el texto pone énfasis en los aspectos relativos a los retornos a la sociedad incorporando nuevos principios para las evaluaciones al profesorado; éstas serán cualitativas y cuantitativas, tendrán en cuenta el acceso abierto de las publicaciones, el impacto territorial de las investigaciones, la pluralidad lingüística, la experiencia profesional, y las particularidades de cada disciplina académica. «Tenemos universidades con un buen nivel de investigación que tienen problemas en la transferencia. Hablamos de ciencia abierta, de ciencia ciudadana», ha precisado Subirats.
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