ROMA, 27 (EUROPA PRESS)
El Papa ha valorado los «pasos positivos dados en cuanto a la renovación espiritual y moral» de la Orden de Malta tras la crisis de 2016, que culminó con la renuncia forzada del Gran Maestro, Matthew Festing, y ha renovado su confianza del delgado pontificio, el cardenal Silvano Maria Tomasi, para seguir este caso.
«Observo con gratitud los pasos positivos dados en cuanto a la renovación espiritual y moral de la Orden, especialmente de los profesos, así como el proceso de actualización de la Carta Constitucional y del Código Melitense, siendo este último de fundamental importancia no solo de cara al próximo Capítulo General Extraordinario, pero sobre todo a la renovación de la Orden», ha señalado Francisco en una carta enviada al cardenal Tomasi, delegado especial ante la Soberana Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, Rodas y Malta, cuando se acerca el aniversario -el próximo 1 de noviembre- de que el Pontífice lo eligiera para el cargo.
Asimismo, Francisco ha señalado que «para que el trabajo ya realizado dé sus frutos, es importante que el Capítulo General Extraordinario se celebre en las condiciones adecuado para asegurar la necesaria renovación en la vida de la Orden».
Así, ha decidido «prolongar desde este momento a fray Marco Luzzago en su cargo de Lugarteniente del Gran Maestre hasta la conclusión del Capítulo General Extraordinario y la posterior elección de un nuevo Gran Maestre por el Consejo Completo de Estado».
Marco Luzzago sucedió como Gran Maestre a Giacomo Dalla Torre del Tempio di Sanguinetto, elegido en mayo de 2018 tras la crisis de la institución que forzó la dimisión del anterior responsable y provocó la intervención del Papa. La misión de Tomasi es la de acompañar a los caballeros de Malta tras el período de crisis.
Festing presentó su dimisión in extremis después de una petición expresa de Francisco tras varios capítulos de desplantes entre la Santa Sede y la institución milenaria. La principal disputa tuvo su origen, según informaron algunos medios católicos, por la distribución de preservativos en un dispensario de la Orden en Birmania, destinados a las poblaciones de riesgo como prostitutas. El Papa había nombrado una comisión de investigación de cinco miembros para aclarar las circunstancias de la destitución, pero la Orden de Malta -que cuenta con unos 13.500 miembros permanentes, 82.000 voluntarios y 30.000 dependientes repartidos por todo el mundo, muchos de ellos relacionados con la antigua nobleza europea- se opuso categóricamente a dicha investigación. Entre los argumentos usados, aludió a su propia autonomía, esgrimiendo se trataba de un asunto interno.
El gran maestre llegó incluso a poner en cuestión la elección de los investigadores, en un desafío sin precedentes a la autoridad del Pontífice que obligó al Vaticano a reaccionar. De hecho, los caballeros de Malta juran lealtad al Papa y la oposición a ser investigados por la Santa Sede fue considerada en ese momento como una injerencia.
El Papa también ha atribuido a monseñor Tomasi las competencias de convocar el Capítulo (reunión general de la Orden); definir el reglamento del mismo; aprobar la Carta Constitucional y el Código Melitense; proceder a la renovación del Soberano Consejo de acuerdo con los nuevos textos reglamentarios; y convocar al Consejo Completo de Estado para la elección de un nuevo Gran Maestre.
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