VALLADOLID, 19 (EUROPA PRESS)
Trabajadores del Zambrana de Valladolid han advertido de que el centro de menores «se muere», con un 35 por ciento de la plantilla de baja «por problemas de estrés y físico» debido al «sobresfuerzo» que tienen que hacer al estar «en mínimos» por lo que han reclamado a la Junta «soluciones» que pasan, en sus palabras, por realizar más contratos, hacer a los empleados personal de la administración regional o, en su defecto, «controlar» que la adjudicataria «cumpla con los pliegos de condiciones acordados».
Así lo han reivindicado dirigentes de CCOO y del Comité de Empresa que hoy se han concentrado a las puertas de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades «cansados de su situación».
En este sentido, el responsable de Enseñanza Privada y Servicios Socioeducativos de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras de Castilla y León, Iván Pastrián, ha cargado contra la empresa adjudicataria por «incumplir los pliegos» acordados. «Lo más grave es que no se están cubriendo las bajas como sí que venía recogido y eso está provocando una sobrecarga de trabajo en la plantilla. Está provocando unas ratios más elevadas y una serie de problemas que al final afectan también en la atención que hay al centro y a los propios niños y adolescentes», ha explicado en declaraciones recogidas por Europa Press.
Unas críticas que ha extendido a la Junta de la que «solo tienen palabras que se lleva el viento». «Si no cumplen lo firmado, tenemos serias dudas de que sus palabras se vayan a materializar», ha lamentado el dirigente de CCOO.
Desde el Comité de Empresa, Idoia ha lamentado la situación en la que se encuentra el centro con «casi un 35 por ciento de gente veterana de baja». «Es muy triste estar viendo caer a los compañeros, porque tú intentas hacer un esfuerzo de seguir adelante, pero ves que tú alrededor se está cayendo, te quedas sin soporte, porque con estos chicos la veteranía es un grado. Y aunque los compañeros nuevos intentan afrontar toda esta situación, en el momento en el que se están incorporando a este puesto de trabajo es muy complicado tirar para adelante», explica.
La trabajadora reclama «más personal» al trabajar, en ocasiones, por debajo del «mínimo» acordado con la empresa, por lo que van «a contrarreloj». Algo que, advierte, los internos notan y está en el «origen» de muchos de los conflictos y agresiones que se están produciendo en el centro en los últimos meses. «Los chicos se sienten fortalecidos en sus conductas disruptivas. Entonces son incidentes cada vez más graves, porque no lo podemos resolver antes. Hay incidentes que se podrían resolver con una acción temprana, pero es imposible, no llegamos», ha añadido.
En este punto, ha explicado que lo ideal sería contar con una plantilla entre «20 y 21 por turno, de mañana y de tarde, y alguno más por la noche», cuando son «16 por la mañana y por la tarde, y los fines de semana de tarde 17». Cifras que contrastan con la ocupación del centro, que está «saturado», sin plazas disponibles. «Presenciales creo que andamos por los 64. Hay que añadir a unos doce que están fugados del centro, que si se presentan hay que admitirles. Pero no hay camas disponibles», ha relatado.
SERVICIO COMPLICADO
Por último, también ha reivindicado que todo el que se incorpore a la plantilla tenga un periodo de prueba «anterior». «Zambrana es un servicio muy complicado porque no te pueden meter ahí el primer día y saber hacer todas las gestiones. Entonces, hemos pedido que, si se incorpora gente, que sea personal a mayores», ha zanjado.
El secretario Provincial de Comisiones Obreras y Enseñanza, Pablo Redondo, ha lamentado que la Junta mantenga su modelo de «externalizar servicios» que, en sus palabras», deriva en una «privatización», lo que «perjudica al trabajador y beneficia a la empresa». De ahí que haya pedido a la administración poner fin a este sistema y que «ayude» haciendo a la plantilla trabajadores de la propia Junta.
«De momento no han movido ficha, por eso nos manifestamos y por eso protestamos y decimos que los trabajadores ya no pueden más. Hay gente que está de baja, en malas condiciones y el servicio que se está prestando se está deteriorando con esa precariedad y esa previsionalidad de gente que llega nueva y que sin tiempo de formarse tiene que enfrentarse al trabajo como el resto de los demás», ha finalizado.
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