Había semen en el interior de la víctima y ADN del acusado en sus uñas, y se da por probado que tuvo poca posibilidad de defenderse
TOLEDO, 8 (EUROPA PRESS)
T.I.T., la mujer presuntamente asesinada en Almonacid de Toledo en 2022 a manos de su exmarido, falleció por estrangulamiento en una situación en la que tuvo poca posibilidad de repeler esta agresión. Asimismo, se hallaron restos de semen en el interior del cuerpo de la fallecida, así como ADN del acusado en sus uñas, un hecho que podría haber sido compatible con la defensa de la afectada en un supuesto de agresión sexual, de haberse producido.
Así lo han trasladado en su testimonio tres forenses que han declarado este miércoles en la tercera sesión del juicio con jurado popular que desde este lunes arrancó en Toledo en la Audiencia Provincial, contra J.C.R.F., para quien el Ministerio Fiscal pide la pena de prisión permanente revisable por el delito de asesinato con alevosía y 15 años de cárcel por el delito de agresión sexual.
La agresión se habría provocado por una lesión concreta en el cuello, con una comprensión manual con el dedo índice de forma «intensa y profunda», por lo se podría pensar que fue en el interior del vehículo, donde la víctima habría tenido un elemento duro con el que golpearse, hecho que se justifica con una lesión que tenía en la zona occipital.
A preguntas de la fiscal respecto a la agresión sexual, los forenses confirman que había semen del acusado en la cavidad vaginal de la víctima pero sin observarse lesiones en esa zona. Sí que han confirmado restos de ADN de acusado en las uñas de la víctima, este último hecho compatible con un contacto «más estrecho e intenso» entre ambos y con una respuesta de defensa de haberse producido una agresión sexual.
Los forenses han mencionado que en las agresiones sexuales pueden no producirse lesiones en las zonas genitales y que el mecanismo más frecuentemente en este tipo de agresiones «es precisamente la asfixia».
Más concretamente, han indicado que en las bragas de la afectada, que estaban del revés, «el resultado en semen fue negativo», pero tras un análisis, los restos de semen procederían «como mucho» de hace 72 horas antes del momento de tomar la muestra.
DETALLES DEL ATROPELLO
Respecto al posterior atropello, los forenses han determinado que se produjo marcha atrás con la víctima ya fallecida, con una trayectoria en la que se intenta traspasarla de forma «reiterada». «Podemos llegar a concluir que la víctima yace en el suelo antes del atropello y el vehículo la alcanza marcha atrás».
En cuanto a la data del fallecimiento, han mencionado que podría ir desde las 9.00 horas hasta las 11.00 horas de ese día 4 de abril de 2022.
Han descrito las fases que tendría típicamente un atropello –choque, caída, aplastamiento y arrastre–, una explicación que ha servido para argumentar que las lesiones externas e internas del cadáver de la víctima arrojan que solo habría sufrido la fase de aplastamiento y arrastre.
TESTIMONIO DE CRIMINALÍSTICA
De su parte, cuatro guardias civiles de la unidad orgánica de la policía judicial del laboratorio de criminalística, tras un minucioso desglose de diferentes imágenes del vehículo que presuntamente arrastró a la víctima así como de su cadáver, han señalado que la ropa interior que llevaba estaba del revés, con las costuras hacia fuera, algo que les llama la atención y que no parecía lo «normal».
Han precisado también que la inspección ocular del interior del vehículo no había restos biológicos en el asiento del copiloto ni otros resto de secrecciones humanas, puntualizando que si hubiera habido semen en el interior se habrían apreciado fácilmente con la luz forense.
Respecto a este asiento sitúan su inclinación en 120 grados, una situación que no sería compatible con que alguien estuviera durmiendo y que además, de darse durante la marcha del vehículo, el cinturón de seguridad perdería eficacia muy por delante del cuerpo.
Asimismo, añaden que el arrastre del cuerpo se habría producido en dirección marcha atrás, lo que provoca daños en el costado izquierdo de la víctima, y aportan que en el parachoques no había daños, lo que no sería viable con la colisión con obstáculo alguno en la parte delantera.
Sobre si el camino donde estaba el vehículo era apto para dar clases de conducir, lo niegan e indican que era un terreno seco. «Cuesta llegar allí, dos coches en direcciones opuestas no caben, se tienen que echar a un lado para poder pasar».
Por su lado, dos agentes de tráfico han ratificado la versión de que la trayectoria del vehículo habría sido marcha atrás.
Asimismo, han declarado dos guardias civiles que tomaron declaración a varios testigos, y, sobre la actitud del hermano del acusado –que en la sesión de este martes se acogió a su derecho a no declarar–, han afirmado que se mostró colaborador cuando se le tomó la primera declaración, además de que no se le vio muy afectado tras los hechos.
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