MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
La Plataforma de Infancia y el Consejo de la Juventud han reclamado que el ocio educativo tenga su lugar este verano, después de que la pandemia del Covid-19 haya «perjudicado y olvidado seriamente» los derechos de la infancia y su acceso a espacios de socialización, actividades de ocio y tiempo libre.
Ambas organizaciones han trasladado a las administraciones de las diversas comunidades autónomas y a la central un decálogo de propuestas para mejorar el acceso a estas actividades y garantizar los derechos de la infancia y la adolescencia.
«Las entidades de educación no formal que gestionan dichas actividades de ocio y tiempo libre todavía no disponen de normativa clara en todas las CCAA, ni de información suficiente sobre cómo actuar ante diversos escenarios», ha explicado la presidenta del Consejo de la Juventud, Elena Ruiz.
A su juicio, «deben ser las propias administraciones quienes proporcionen de esos protocolos que fomenten y posibiliten las actividades de manera segura», ha declarado.
Además, indican las entidades, se está valorando establecer aforos muy restrictivos, condiciones más exigentes frente a otros espacios de ocio, y barreras adicionales como la realización de pruebas PCR o test de antígenos para los que no se han planteado ayudas directas.
SALUD FÍSICA Y MENTAL
A su juicio, esto supondría «un menoscabo en el acceso a estas actividades por parte de niños y niñas de entornos vulnerables, que son quienes más las necesitan».
«Tras 15 meses de restricciones por la pandemia, es necesario que este verano se garantice el derecho de los niños y adolescentes al ocio educativo, habilitando la realización de estas actividades con seguridad, para que puedan tener esos espacios de socialización tan necesarios para su salud tanto física como mental», ha apuntado el director de la Plataforma de Infancia, Ricardo Ibarra.
«Es fundamental que las administraciones apoyen para que esto no suponga un gasto adicional para las familias más vulnerables que, de otra manera, no tendrían forma de que sus hijos e hijas participaran en este tipo de actividades», ha añadido.
Además, la Plataforma de Infancia y el Consejo de la Juventud señalan que esta falta de espacios para los niños y jóvenes puede tener otros efectos negativos para su salud como el aumento del sedentarismo y la obesidad, la sobreexposición a pantallas, problemas de salud mental o la limitación del efecto positivo de la exposición al sol.
Del mismo modo, apuntan que las limitaciones para realizar estas actividades también afectan a la capacidad de las familias para ejercitar la conciliación. Así, creen que, con la finalización del curso escolar esto puede suponer problemas adicionales para las familias, así como incrementar situaciones de riesgo al estar los menores a cargo de personas de mayor vulnerabilidad (abuelos, abuelas, familiares mayores) o en entornos de mayor transmisión.
Por todo ello, las organizaciones de infancia y juventud piden a las administraciones públicas, que regulen adecuadamente estas actividades durante la época estival; que se tenga en cuenta al sector a la hora de tomar medidas; que se trate de homogeneizar las medidas entre las Comunidades Autónomas, y que se garantice que no se generan barreras de menores de entornos vulnerables.
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