El mandatario tunecino llama al pueblo a «liberar el país»
MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
La oposición tunecina ha criticado este miércoles la decisión del presidente, Kais Saied, de destituir a última hora de la noche del día anterior a la primera ministra, Najla Buden y nombrar como sucesor a Ahmed al Hashani.
El principal partido de la oposición, el movimiento islamista Ennahda, ha sostenido que no les sorprende la destitución de Buden: «No nos sorprende el estilo del actual régimen en el proceso de cambio repentino de funcionarios», ha declarado el presidente interino, Munzer al Wunisi.
Sobre Al Hashani, ha lamentado que se desconoce «en base a qué fue elegido», ya que estos «no son los métodos normales a través de los cuales se designa a funcionarios estatales». «Nadie le conoce y lamentamos que se nombre como primer ministro a una persona sin historia política en un momento en el que el país está atravesando una crisis sofocante», ha manifestado.
Asimismo, ha exigido, en nombre de su partido, el «regreso a la democracia y el respeto por el sistema», agregando que no desean «nada más que lo mejor» para el país, tal y como ha indicado en declaraciones a la cadena Arabi21.
Por su parte, el opositor Frente de Salvación Nacional ha sostenido que «la nominación de Buden y la de Al Hashani se han basado en consideraciones subjetivas»: «Se asumió desde el principio que Buden no debería haber sido designada debido a su falta de competencia política».
El líder de esta formación, Ahmed Nayib al Shabi, ha considerado que la que fuera jefa de Gobierno del país «era solamente una coordinadora», mientras que el «liderazgo real» lo tiene el mandatario. Así, ha agregado que la destitución «ha sido una sorpresa», pero que esperaban una reorganización completa del gabinete».
«Nadie sabe los motivos de la destitución o renuncia de Buden, ni nadie sabe quién es Al Hashani, que dirigirá el Gobierno durante el periodo más oscuro en la historia del país», ha aseverado, al tiempo que ha llamado la atención sobre lo que ha considerado «un misterio en torno al destino» del Ejecutivo.
Por su parte, Saied, en un discurso ante el nuevo nombramiento recogido por la agencia de noticias TAP, ha hecho un llamamiento al pueblo para «participar en esta guerra por la liberación del país», haciendo hincapié en la necesidad de «desmantelar el sistema de corrupción» y «preservar los derechos y libertades».
En este sentido, el presidente ha reafirmado la continuación del trabajo de su gabinete para «purificar el país y responsabilizar a los corruptos y corruptas que se creen por encima de la ley». También ha enfatizado que el Estado «no abandonará su papel social», sin limitarse a «mantener la seguridad».
Así, ha destacado el respeto por la soberanía del Estado, dentro y fuera del país, asegurando que no aceptarán condiciones que afecten a la paz social: «Basta de injerencias en nuestros asuntos internos porque no estamos bajo el mandato o tutela del colonialismo».
En un movimiento inesperado, la Presidencia tunecina anunció el nombramiento de Al Hashani como primer ministro tras poner fin a las funciones de Buden, sin dar explicaciones sobre el motivo de la destitución de la que se convirtió en la primera jefa de Gobierno del país. El mandatario únicamente señaló que «hay grandes desafíos» en el país por lo que hay «una firme determinación y fuerte voluntad para preservar» el Estado y «la paz civil».
Saied ha impulsado desde julio de 2021 una serie de medidas para reformar el sistema político de Túnez, entre ellas un referéndum constitucional, aprobado en medio del boicot opositor, que refuerza las competencias de la Presidencia. La oposición ha denunciado una deriva autoritaria del mandatario y ha exigido su dimisión.
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