MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., ha afirmado este lunes que su país cooperará con China a pesar del aumento de las tensiones entre ambos países, siempre y cuando «la soberanía filipina no esté en juego», especialmente en el mar de China Meridional.
A medida que aumenta la tensión entre las partes mientras Filipinas estrecha sus lazos con Estados Unidos, Marcos ha alertado de que se ha estado haciendo «demasiado hincapié» en la «rivalidad entre dos superpotencias a expensas de los intereses marítimos legítimos de Filipinas.
«Nos distrae de denunciar las acciones agresivas, unilaterales, ilegales e ilícitas por lo que son: ataques contra el Estado de Derecho y los principios de la Carta de Naciones Unidas», ha aseverado Marcos, que ha mostrado una postura más alejada de Pekín respecto a la de su predecesor en el cargo, Rodrigo Duterte.
Marcos ha acusado a China de «actos agresivos» en la zona económica exclusiva de Filipinas, incluido el uso de cañones de agua y «tácticas de colisión» para alejar a los barcos filipinos de las zonas que Pekín considera su territorio. Bajo el mandato de Marcos, Filipinas casi ha duplicado el número de bases militares accesibles a las fuerzas estadounidenses, incluidos tres nuevos emplazamientos frente a Taiwán. Esta postura ha sido duramente criticada por las autoridades chinas.
Los ejercicios militares entre Estados Unidos y Filipinas han sido regulares durante décadas, pero las maniobras se han ampliado recientemente para incluir patrullas conjuntas aéreas y marítimas en el mar de China Meridional y cerca de Taiwán.
China, que reclama la soberanía sobre la mayor parte del Mar de China Meridional, ha acusado a Filipinas de invadir repetidamente su territorio, al tiempo que ha instado al diálogo para evitar contratiempos.
«Hay quienes a veces justifican tales provocaciones con el pretexto de la geopolítica y califican erróneamente los recursos a los que recurren los agraviados como meras tácticas en este gran juego estratégico», ha declarado Marcos antes de aclarar que la «política exterior independiente de su Gobierno obliga a cooperar con ellos en asuntos en los que nuestros intereses coinciden», pero también «a discrepar respetuosamente en áreas en las que nuestros puntos de vista difieren y a contraatacar cuando nuestros principios (…) son cuestiones o ignorados».
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