Inaugura la mayor restrospectiva del creador que «sombreaba el espacio» con 200 piezas, algunas de ellas inéditas
VALÈNCIA, 23 (EUROPA PRESS)
La Fundación Bancaja de València inaugura la muestra ‘Joan Cardells’, una cita «emocionante y especial» por varios motivos. En primer lugar, se trata de la mayor restrospectiva hasta la fecha del creador valenciano y aporta una amplia visión de sus más de cuatro décadas de producción en solitario tras abandonar en 1976 el Equipo Realidad.
Pero, además, supone la última exposición tanto de Cardells, que murió en 2019, como del comisario del proyecto, crítico y divulgador del arte, Tomàs Llorens, fallecido el pasado mes de junio. Estas ausencias «son solo físicas, ya que ambos están muy presentes en la muestra».
Así lo ha aseverado el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, que ha presentado este jueves la antológica en rueda de prensa junto al cocomisario del proyecto, Boye Llorens Peters, hijo de Tomás, y Mario Cardells, hijo de Joan.
La selección, que se podrá visitar desde este viernes y hasta el próximo 30 de enero de 2022, está integrada por dos centenares de obras datadas entre 1976 y 2019, por lo que algunas son inéditas y se realizaron muy poco antes de morir.
También se han rescatado para el gran público algunos hallazgos, como un relieve creado para una exposición impulsada por el Ministerio de Exteriores en Estrasburgo que se depositó en almacenes del Reina Sofía pero que no fue ni estudiada ni exhibida o los pliegos de un libro de autor encargado a Cardells por Josep Maria Benach, de Àmbit Galeria d’Art, cuya edición truncó en 2012 la crisis económica.
La exposición dedicada a Joan Cardells (València, 1948-2019) es fruto de un trabajo que arrancó hace más de dos años y que inspiró un texto de Tomàs Llorens que el artista consideraba «muy poético». A partir de ese punto de partida, se ha construido un «extenso y profundo» recorrido por la producción de un autor «singular», «austero», «esencial» y que no gustaba «del ruido» que se produce en los mercados artísticos ni de los autores «estrella» a su servicio.
En palabras de Mario Cardells, la muestra refleja el hilo conductor del trabajo de su padre, quien, no obstante, «no cayó en la repetición de recetas». «Celebró el dibujo como una invitación a la escultura», creó un mundo de «grises y oscuros» y sintió la textura como «una piel de las obras», ha afirmado.
Por su parte, Boye Llorens ha explicado el tránsito que experimentó Cardells desde el Equipo Realidad –que fundó en 1966 junto a Jorge Ballester para desarrollar un realismo crítico y comprometido de tendencia pop– hasta que esta asociación creativa se disolvió diez años después. En este periplo, ha comentado, desempeñó un papel clave su relación con la Nueva Figuración nacida en París.
«Cuando se distancia del trabajo en equipo se redefine como artista y se centra en la esencia, el dibujo, y eso le va llevando poco a poco a lo tridimensional», relata Llorens. De este modo, empezó a trabajar con cartón para descubrir enseguida el fibrocemento, que no se había utilizado en escultura al no ser un material noble, y se percata de que tiene las mismas cualidades que el grafito sobre el papel.
«No es lo mismo que el dibujo sobre el espacio de Julio González, pero sí un sombreado sobre el espacio. A Cardells siempre se le ha considerado escultor, pero, en el fondo, uno se da cuenta de que estaba haciendo escultura para poder continuar dibujando», razona el especialista.
La restrospectiva rastrea todos estos pasos, aunque no sigue un tradicional orden lineal cronológica, ya que Cardells se interesó fundamentalmente por el proceso de creación. Así, en la primera parte de la exposición, se reúnen obras referidas a la figura humana, siempre en actitud dinámica. Son sobre todo operarios de oficios industriales o artesanales, personajes envueltos en riñas que remiten al mundo del cómic y la publicidad.
LA HUELLA DE LO HUMANO
La segunda parte de la exhibición se centra en las piezas de carácter estático, tratadas con la solemnidad y el aplomo de las naturalezas muertas o bodegones, y donde la figura se reduce a la huella de lo humano, de sus ropajes o el producto de su trabajo. Los materiales de estas esculturas reflejan cualidades del dibujo al tiempo que los dibujos proponen composiciones con las propias esculturas permitiendo comprender la constante retroalimentación que las dos disciplinas encontraron en Cardells.
Los visitantes tendrán la oportunidad de pasearse entre los motivos temáticos característicos del autor, como las chaquetas y pantalones, las calabazas o las mazorcas. Todo ello, en un conjunto dominado absolutamente por el claroscuro y la gama de grises.
Para confeccionar esta selección se ha contado con la colaboración de la familia Cardells y de una treintena de colecciones privadas e instituciones, entre las que figuran el Museo Nacional Centro de Arte Sofía, el IVAM, Diputación de Valencia o Col·lecció per Amor a l’Art.
Joan Cardells inauguró su primera exposición individual fue en 1979 en la Galería Punto en València. A partir de ese momento, su obra se ha exhibido en muestras individuales y colectivas en espacios como el IVAM, Sala de Exposiciones El Almudín, Museo Nacional de Artes Visuales deMontevideo, Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile, Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, Palacio de la Inquisición de México, Fundación Joan Miró, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Centre del Carme, Centre Cultural La Nau, Bombas Gens y la propia Fundación Bancaja.
Su obra está presente en colecciones como las de la Fundación Bancaja, IVAM, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Diputación de València, Fundación Coca-Cola, Fundación Caja de Burgos, Fundación la Caixa, Mie Prefectural Art Museum de Japón, The Chase Manhattan Bank de Nueva York, Fundación Mediterráneo o Fundación ICO.
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