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Una investigación de la UHU descubre una nueva especie de lepidóptero en la sierra onubense

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HUELVA, 25 (EUROPA PRESS)

El investigador y doctorando de Biología Ambiental en la Universidad de Huelva, Pedro M. Bernabé Ruiz junto a los investigadores Manuel Huertas Dionisio y Antonio Vives Moreno han descubierto una nueva especie de lepidóptero en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, que “no sólo se trata de una nueva especie, sino también de un nuevo género”, que se ha denominado ‘Lourdesiella falcatum’.

En declaraciones a Europa Press, Bernabé cuenta que “todo” empezó a partir de “un trabajo de fin de máster” en Conservación de la Biodiversidad de la Universidad de Huelva (UHU) que consistió en “identificar y caracterizar todas las especies de lepidópteros que se observaron en una pequeña parcela de Cortegana (Huelva) desde el año 2003 al año 2016”.

En ese TFM, dirigido por Francisco Javier Jiménez Nieva “ya se vislumbró que existía una diversidad excepcional”. No obstante, por decisión personal, el investigador continuó con la investigación, pero ya en el marco de un doctorado dirigido por los Doctores F.J. Jiménez Nieva y Juan Carlos Pérez Quintero. “En ese TFM, en una parcela de media hectárea, se identificaron 176 especies de lepidópteros, de las cuales, 76 se consideraron nuevos registros para la provincia, es decir, no se sabía que se encontraban en Huelva y, de estas, once también lo eran para Andalucía”, ha comentado el experto.

Asimismo, durante la toma de muestras necesarias para el desarrollo del doctorado “se llevaron a cabo nuevos muestreos porque los anteriores no eran sistemáticos”, por lo que “se realizaron un total de 36 muestreos, uno al mes, durante tres años siguiendo unas pautas establecidas”. De este modo, se identifican 373 especies en esa parcela de media hectárea, de las cuales “algunas son nuevas para la provincia o, mejor dicho, no se habían registrado con anterioridad”.

Por tanto, entre estos muestreos y otros trabajos ya realizados, en esa pequeña parcela se han registrado más de 400 especies y, en el ámbito del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche se han logrado identificar 497 especies de lepidópteros.

En este sentido, durante muestreos realizados en el año 2020, el investigador observa en una planta de madreselva “unas pequeñas y extrañas crisálidas”, porque “estaban cubiertas por una telilla blanca en forma de red que, aunque observada ya en otras especies, en esta ocasión presentaban unas características diferentes”. En este punto, el especialista comienza a investigar, compartiendo el hallazgo con M. Huertas en primer lugar y “no encontramos nada parecido”.

A partir de este momento, con las autorizaciones necesarias, “se recolectó material de campo y se crió en cautividad en el mismo medio, y empezaron a emerger los adultos, unos microlepidópteros muy vistosos, con una envergadura entre diez y once milímetros, tanto machos como hembras” y estos “tampoco coincidían con nada conocido”.

Esta tarea, según ha comentado el experto, “fue complicada debido a que dentro del orden Lepidóptera, se calcula que en el mundo existen unas 200.000 especies, de las que solo se han descrito unas 160.000, aunque se sabe que son muchas más porque, de hecho, no dejan de descubrirse nuevas especies”.

Por otra parte, se enviaron muestras a un laboratorio de Córdoba para secuenciar su ADN y poder “llevar a cabo un estudio comparativo con otras secuencias depositadas en bases de datos a nivel mundial”. Tras este estudio y después de realizar también una descripción minuciosa de su morfología, en todas sus fases de desarrollo, “se comprueba que se trata de una especie nueva que pertenece a un género también nuevo”, adscrito “por sus similitudes morfológicas y genéticas, a la familia Stathmopodidae”.

En esta fase de la investigación “resultó clave la aportación del experto Vives Moreno”, ya que “a partir de ahí ya atesorábamos todos los elementos para determinar y demostrar que no solo se trataba de una especie nueva, sino que, además, su género también lo era, porque todos los conocidos son muy diferentes”.

Todos estos hallazgos han sido publicados en la revista científica española de acceso libre denominada ‘Shilap’ ( https://doi.org/10.57065/shilap.795).

CARACTERÍSTICAS

La nueva especie se bautiza con el nombre ‘Lourdesiella falcatum’. El nombre elegido para el nuevo género se dedica a Lourdes Morera, esposa del primer autor. Mientras que ‘falcatum’ se refiere a la forma del ‘cornuti’, un elemento característico ubicado en el aparato genital masculino, que recuerda al arma prerromana denominada falcata.

De este modo, en el artículo se recoge que L. falcatum se alimenta de las hojas de la madreselva, un endemismo botánico íbero-magrebí, trepador de hermosas y perfumadas flores. Las orugas no provocan daños apreciables en la planta cuando se alimentan. Las pequeñas mariposas adultas tampoco acuden a las fuentes de luz artificiales tras el ocaso, como hacen la mayoría de las especies de lepidópteros de hábitos nocturnos. Por ambos motivos, los autores sospechan que L. falcatum “ha permanecido desconocida hasta ahora”.

De este modo, el experto ha señalado que “ahora que se conoce y que hemos contado aspectos sobre su biología, seguramente haya en el mundo entomólogos buscándola a ver si efectivamente existe en otros lugares”. Por ello, ha avanzado que “en un periodo indeterminado de tiempo, es posible que se localice en otros puntos de Andalucía y también en otros puntos del mundo, pero el hallazgo de su descubrimiento se ha producido en Cortegana (Huelva), dentro del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche”.

También ha señalado que “aún queda mucho trabajo por hacer” en esta sierra, porque “si en apenas media hectárea se han identificado más de 400 especies, imagina qué no habrá en las casi 187.000 hectáreas del Parque Natural”, pero “para acometer una tarea tan colosal se necesita personal muy especializado y un laboratorio de referencia en Andalucía que permita obtener, de forma rápida y fiable, secuencias de ADN”.

“No podemos olvidar que este hallazgo ha sido posible gracias a un laboratorio privado, al que se han abonado sus servicios con mis propios recursos. En general, se suele subestimar el papel de los artrópodos en los ecosistemas. Desde las administraciones e instituciones se apoyan y se estudian preferentemente especies ‘bandera’ o ‘estandarte’ como el lince, el águila imperial, etc, pero existen grandes lagunas de conocimiento sobre grupos zoológicos clave que sustentan a todos los demás. Su estudio taxonómico, corológico y el de su ecología (por ejemplo, cómo les afectan los cambios ambientales que se están produciendo actualmente) es muy deficiente”, ha concluido.


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