Presenta ‘The Eyes of Tammy Faye’ de Michael Showalter, en la que da vida a la telepredicadora evangelista Tammy Faye Bakker
SAN SEBASTIÁN, 24 (EUROPA PRESS)
La actriz y productora Jessica Chastain presenta en la sección oficial del 69 Festival de Cine de San Sebastián ‘The Eyes of Tammy Faye’, dirigida por Michael Showalter, sobre el ascenso, caída y redención de la telepredicadora evangelista Tammy Faye Bakker.
En rueda de prensa en el certamen donostiarra, Chastain y Bakker han presentado esta visión íntima de Tammy Faye Bakker, que en los años 70 y 80 puso en pie junto a su marido, Jim Bakker, la red de cadenas religiosas más grande del mundo, así como un parque temático, y gozaron de una inmensa popularidad gracias a sus mensajes de amor, aceptación y prosperidad.
Chastain interpreta a Faye, legendaria por sus pestañas indestructibles, su original forma de cantar y su generosidad a la hora de acoger a personas de todo tipo, pero las irregularidades financieras, las rivalidades e intrigas y los escándalos derrocaron su imperio.
La actriz ha señalado que entró «de cuajo» a interpretar este papel que preparó durante siete años. «En 2012 vi la compasión y el amor de la historia, no conocía toda la historia verdadera de Tammy, había mucho sensacionalismo en la prensa, compré los derechos, empecé a buscar socios y a desarrollar el guión y Showalter se lanzó a dirigir», ha explicado.
La actriz y productora del filme ha confesado que no sabían cuando rodarían pero estuvo siete años intentando aprender «lo máximo» sobre Tammy, su acento de Minnesota, «que es muy difícil, y su voz, que es como la de Betty Boop, muy aguda al hablar pero profunda al cantar».
Además, ha señalado que cuando creció sólo conocía a Tammy «tal y como la mostraban los medios, como un payaso». «Los cómicos que se reían de ella, le llamaban fea, le trataban de manera inhumana. Me sentí culpable por juzgarla así, sin conocerla. Es mirar más allá de la broma fácil», ha dicho.
«Busco suciedad por debajo de las uñas de los personajes que interpreto, me gusta interpretar personajes que no te caen bien, con muchos fallos», ha confesado. Sin embargo, ha señalado que tras leer todos los libros de Tammy, sus vídeos y estar con gente que la conocía, sólo ha descubierto que «ella era constante, coherente y auténtica, aún cuando le echaron de la iglesia». «Nunca dejó de amar a la gente y perdonarla, siempre fue fiel a sí misma», ha aplaudido, para añadir que en esta película quería mostrar una «visión real» de ella.
Sobre el hecho de que haya tenido que cantar en la película, ha señalado que se avergüenza «fácilmente» y aunque «poco a poco» ha ido «entrando en lo que es cantar canciones», sigue «avergonzada». «Tenía que predicar ante grandes grupos de personas, me recordó estar en la escuela dramática», ha sostenido.
Sobre su trabajo en la pantalla, Chastain ha asegurado que espera «tener 80 años» y poder ver que ha llegado «a un momento de autenticidad» en su trabajo, porque «siempre» se está «cuestionando y dudando».
Por otro lado, se ha referido al papel de las mujeres en la industria del cine y ha aplaudido que «las cosas están cambiando». «En Estados Unidos volvemos a examinar a las mujeres y cómo se han tratado en los medios, porque hemos tratado muchas veces a las mujeres de manera injusta fijándonos en su imagen, no en lo que han dicho o lo que significan, solo preocupaba si lo que decían era bonito y si eran guapas», ha criticado.
Sin embargo, ha precisado que en los diez años que lleva en la industria ha constatado que «la diferencia ahora es enorme». «Si nos fijamos en Sundance, los Oscar, Cannes o Venecia, una realizadora ha ganado el mejor premio en estos festivales o han sido premiadas. Esto supone que la gente está interesada en ver historias de mujeres y algo ha cambiado, es emocionante ver la diferencia, aunque todavía no ha cambiado todo», ha señalado.
Preguntada sobre cómo ve la competición por la Concha a la mejor interpretación en el Zinemaldia con actores como Javier Bardem, Chastain ha señalado que no ve «ninguna lucha» con otros intérpretes. Además, ha afirmado conocer «muy bien» a Penélope Cruz y Javier Bardem, «que son los dos genios». «Hay una hermandad sagrada con otras personas que realmente se abren del todo y son vulnerables enfrente de extraños», ha apuntado.
Finalmente, el director ha manifestado que Chastain «conocía muy bien el personaje, la historia y lo que quería hacer» y, además, es «muy fácil de dirigir, colabora mucho, está abierta y cuando está interpretando, da todo lo que tiene dentro de sí para su trabajo». «Quería dejarla volar y eso es lo que hicimos», ha concluido.
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