Ha visitado la última estación instalada en Navarra para medir la calidad del aire, situada en el campus de la UPNA
PAMPLONA, 14 (EUROPA PRESS)
El consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, José Mari Aierdi, ha destacado la importancia de “acelerar la transición energética para mejorar la calidad del aire en Navarra”.
Según el consejero Aierdi, “la calidad del aire incide directamente en la salud de las personas y la normativa cada vez debe ser más exigente para reducir las emisiones de gases contaminantes, tanto en los procesos industriales, como en el uso de energías renovables, la eficiencia energética o la movilidad sostenible”.
Así lo ha señalado en una visita, junto con el vicerrector de investigación de la UPNA, Patxi Arregui, a la estación de medición de la calidad del aire situada en la Finca de Prácticas del Campus de la Universidad.
Durante la visita, en la que han participado personal técnico de la Oficina de Cambio Climático del Ejecutivo foral y de los institutos de investigación de la UPNA, el consejero Aierdi ha conocido in situ el funcionamiento de la nueva estación de medición.
Esta estación, la última instalada en Navarra, es una de las mejoras previstas en el Plan de Mejora de la Calidad del Aire por Ozono elaborado por la Dirección General de Medio Ambiente y aprobado en sesión de Gobierno el pasado mes de abril tras haber obtenido la Evaluación Ambiental Estratégica favorable en noviembre de 2023.
Dicho plan contempla la mejora de la red de vigilancia de la calidad del aire y, en concreto, ampliarla a zonas suburbanas “para un mejor control del impacto en la salud”. Por este motivo se seleccionó el emplazamiento de esta nueva estación en la UPNA, dotada de analizadores de ozono y óxidos de nitrógeno.
En concreto, la Red de vigilancia de la calidad del aire de Navarra se compone ya de 11 estaciones, 8 de titularidad pública (Alsasua, Leitza, Olite, Tudela II y Pamplona -en la Rotxapea, Iturrama, Plaza Felisa Munárriz y Campus de la UPNA) y 3 de titularidad privada (en Sangüesa, Tudela y Funes), todas ellas gestionadas por el Gobierno de Navarra, que pueden ser urbanas, suburbanas o rurales, dependiendo del área en la que se ubiquen, y que miden valores relacionados con el tráfico, industriales y de fondo.
CALIDAD DEL AIRE EN NAVARRA
Durante el año 2023 “no se rebasaron los valores objetivo para la protección de la salud humana ni para la protección de la vegetación de ozono en ninguna de las estaciones de la red”, siendo el octavo año consecutivo en que se cumple el valor objetivo de protección de la salud y el cuarto año consecutivo en que se cumple el valor objetivo de protección de la vegetación.
En ninguna de las estaciones de la red se superaron los valores límite de dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, benceno, PM10, PM2,5 y monóxido de carbono.
Tampoco se observan “tendencias destacables” en ninguna estación para ningún contaminante, “más allá de ligeras variaciones interanuales, ya que se mantiene el cumplimiento legal en todos los casos, con valores alejados de los valores legislados”.
En conclusión, y de acuerdo a los resultados obtenidos en las estaciones que componen la red y su evaluación en comparación con los criterios definidos en la legislación vigente, “se puede calificar como bueno el estado global de la calidad del aire en Navarra en 2023”.
No obstante, en Navarra, “al igual que en todo el Estado y el conjunto de Europa, se supera el objetivo de ozono a largo plazo para la protección de la salud y de la vegetación establecido por la Organización Mundial de la Salud”.
Según el consejero “este valor no es exigible legalmente, pero sí marca un criterio hacia el que hay que avanzar”. “Las calderas de combustibles fósiles y el tráfico son los principales inductores de la contaminación por ozono y por ello es importante trabajar en la transición energética y en planes de movilidad sostenible”, ha subrayado.
La Comisión Europea ha publicado una propuesta de revisión de la Directiva de Calidad del Aire, en la que se modifican diversos valores de referencia para los principales contaminantes medidos en la Red, que deberán cumplirse en 2030.
La modificación supone una reducción de los valores actuales para aproximarse a los valores guía publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Te recomendamos -