MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
La Federación Nacional Alcer se ha asociado con organizaciones de defensa de pacientes de Enfermedad Renal Crónica (ERC) de América del Norte y del Sur, Europa, Asia y Medio Oriente para formar la Alianza Mundial de Pacientes de Enfermedad Renal Crónica. Esta unión tiene como objetivo elevar las voces de los pacientes y abogar por políticas que mejoren el acceso a la detección y al tratamiento temprano de ERC.
La Federación informó este miércoles de que la ERC afecta a nivel mundial a casi 850 millones de personas. Según el último estudio de la Sociedad Española de Nefrología, se estima que casi 7 millones de personas podrían tener algún grado en España.
Sin embargo, los pacientes a menudo no son diagnosticados a tiempo. Alrededor del 90% de los pacientes en España con ERC desconocen su estado. Esto puede tener consecuencias nefastas porque esta enfermedad es incurable y, si no se trata, puede provocar insuficiencia renal crónica, lo que requiere diálisis o trasplantes de riñón.
La prevalencia mundial de la ERC no muestra signos de desaceleración. Se prevé que se convierta en la quinta causa de muerte para el año 2040. Sólo el 47% de 160 países tienen una estrategia para la atención de la ERC y, cuando existen estrategias nacionales, se centran en la diálisis y el trasplante, no en la intervención temprana.
En España, existe un documento de consenso sobre ERC para su prevención y detección precoz, que fue publicado por el Ministerio de Sanidad den 2015, pero precisa actualizarse y marcar indicadores para su evaluación.
Muchos países gastan entre el 2% y el 3% de su presupuesto anual de atención sanitaria y utilizan alrededor de 265 mil millones de litros de agua para proporcionar terapia de diálisis a pacientes con insuficiencia renal anualmente.
También advirtió la Federación de la situación de los pacientes de ERC en algunos países como Australia, donde la enfermedad renal crónica le está costando a la economía 9.900 millones de dólares al año en pérdidas relacionadas con la productividad y gastos sanitarios para proporcionar diálisis y trasplantes de riñón.
Por último, Alcer alertó de que si bien las modificaciones en el estilo de vida y los medicamentos pueden retardar la progresión de la ERC, sin una transformación de los sistemas de salud para priorizar la detección y el tratamiento temprano, muchas más personas se verán afectadas.
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