TOKIO, 2 (del enviado especial de Europa Press, Ramón Chamorro)
El atleta español Héctor Cabrera remarcó que la medalla de oro conquistada este jueves en el lanzamiento de jabalina F13 de los Juegos Paralímpicos de Tokio le sabía a oro «por las circunstancias» y confesó que su rodilla operada le dolía «a rabiar».
«Sabíamos a lo que veníamos, ya llevamos años pegándonos con atletas de una categoría superior y nos toca competir con lo que hay y ser mejores que ellos. Año y medio atrás diría que podríamos habernos pegado por el oro, pero por las circunstancias de ahora, este bronce me sabe como un oro», señaló Cabrera a los medios.
El de Oliva indicó que no pensó en ningún momento en la lluvia. «Sólo quería lanzar. Hemos intentado tocar alguna cosa técnica, pero el cuerpo no daba para más. Quería terminar cuanto antes y cogerme unas buenas vacaciones que me hacen falta», subrayó.
«Me duele a rabiar la rodilla, me está ardiendo», se sinceró el valenciano, que hace un año se hizo una triada. «Hemos puesto un vendaje extrafuerte, con dos tiras más y ha funcionado muy bien, estoy supercontento», añadió.
Además, Cabrera reconoció que en la cámara de llamadas tenía una estrategia «diferente» a la que usó. «Quería meter un lanzamiento tranquilo, que nos diese 58, 59 metros, pero después del retraso de 40 minutos le he dicho a Alexis, mi guía, que íbamos a muerte», remarcó.
El valenciano, que no compitió con zapatillas de agua, pero que eso no fue «un problema» y que las condiciones fueron «perfectas», afirmó que «el nivel va subiendo». «Pero el nuestro también, ojalá que lo haga en París, el trabajo y la intención lo tenemos», sentenció, dedicando su medalla a su abuelo fallecido en 2016, su «ídolo y referente».