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El 88% de los españoles respiró aire contaminado en 2020 pese a la caída de la contaminación a mínimos por el COVID

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MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

El 88 por ciento de los españoles y el 80 por ciento de la superficie nacional estuvieron expuestos a aire insalubre en el año 2020 a pesar de que a consecuencia de las restricciones a la movilidad derivadas del coronavirus la contaminación atmosférica cayó al mínimo de la década, según ha informado Ecologistas en Acción.

La ONG ha publicado este martes su informe anual de la calidad del aire que refleja que la COVID-19 conllevó una mejora general «sin precedentes» en la cal ida del aire pero aún así, 42 de los 47 millones de habitantes siguieron respirando aire contaminado y esta contaminación se extendió a 402.000 kilómetros cuadrados de superficie.

Pese a la mejora en los niveles de contaminación, Madrid siguió incumpliendo los límites legales de dióxido de nitrógeno y otras 30 zonas superaron los objetivos en ozono.

El informe recoge datos de 800 estaciones oficiales de medición instaladas en toda España, algunas de ellas en los principales puertos y aeropuertos y concluye que durante 2020 mejoraron «sustancialmente» con una reducción «notable» de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y ozono troposférico, y más matizada de los de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), en sus mínimos de la última década y seguramente también desde que existen mediciones, en 1990.

De ese modo, menos población y menos territorio soportaron la contaminación de acuerdo con los valores máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con los objetivos a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea.

Ecologistas en Acción precisa que si se tienen en cuenta los estándares de la normativa europea, que son más laxos que las recomendaciones de la OMS, fueron 8,5 millones de personas en España las que respiraron aire contaminado, lo que significa una quinta parte del total y que son 4 millones de afectados menos respecto a 2019. Mientras, la superficie expuesta a niveles de contaminación dañinos para la vegetación alcanzó a 210.000 kilómetros cuadrados, el 42 por ciento del territorio y unos 40.000 kilómetros cuadrados menos que el año anterior.

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Para la ONG el factor «esencial» que explica esta mejora de la calidad del aire en 2020 fue una reducción general de la movilidad y la actividad económica derivada de los dos estados de alarma declarados para combatir la COVID-19 además del cierre de la mayoría de las centrales térmicas de carbón que «también parece haber contribuido localmente a la drástica disminución de las emisiones».

El informe responsabiliza al tráfico motorizado de ser la principal fuente de contaminación en las áreas urbanas, donde se concentra la mayor parte de la población y señala que en determinadas áreas fabriles y en el entorno de las grandes centrales termoeléctricas son estas fuentes industriales las que condicionan de manera decisiva la calidad del aire. El transporte aéreo y marítimo tiene gran repercusión en la calidad del aire del entorno de aeropuertos y puertos.

Por otro lado, expone que las bajas precipitaciones y la estabilidad atmosférica de los primeros meses del año han activado los episodios de contaminación por partículas, en su mayor parte procedentes del norte de África.

Sin embargo, la primavera resultó inestable y húmeda, lo que favoreció la dispersión y deposición de los contaminantes típicamente invernales (NO2 y partículas). El intenso calor estival no se ha traducido en un aumento de las concentraciones de ozono.

En cuanto al ozono, el estudio de la organización refleja que «un año más» presentó una mayor extensión y afección a la población. No obstante, la frecuencia de las superaciones de los estándares legal y de la OMS ha fue «muy inferior» a la de años precedentes, con un descenso del 55 por ciento y del 41 por ciento, respectivamente, en relación con el promedio de las registradas en el periodo 2012-2019, en el conjunto del Estado, y una caída drástica en las superaciones del umbral de información.

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Por otro lado, analiza también las partículas (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO2) en el aire, que en 2020 afectaron a «algo más de la mitad» de la población. Pese al desplome general del NO2 en un 27 por ciento respecto al nivel medio entre 2012 y 2019, Madrid siguió incumpliendo los límites legales de NO2, por lo que Ecologistas en Acción recuerda que el Tribunal Europeo de Justicia sigue instruyendo un proceso contra España, que podría derivar en multas millonarias.

Sin embargo, las partículas aumentaron en algunas comunidades, debido a la mayor frecuencia de los episodios de intrusión de polvo africano, en especial durante el primer trimestre del año.

En este contaminante destaca Canarias, que registró el peor episodio de contaminación de la década durante enero y febrero y la ONG afea que «sin intervención alguna por parte de las administraciones», hasta que al final del episodio la población fue confinada a consecuencia de la pandemia.

Para la ONG la contaminación del aire debe «abordarse como un problema de primer orden» ya que cada año se registran unas 30.000 muertes prematuras en España por afecciones derivadas de la contaminación del aire, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).

El Instituto de Salud Carlos III indica que 10.000 de ellas fallecen en episodios de alta contaminación. Por ello, para Ecologistas en Acción la mejora de la situación en 2020 es «una excelente noticia».

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De este modo, considera que la COVID-19 ha «demostrado» que reducir de forma estructural el transporte y la descarbonización de la industria son «las únicas herramientas» para mejorar la calidad del aire en ciudades y zonas rurales. «La dramática situación creada por la pandemia corrobora que la reducción de las emisiones urbanas mejora la salud pública y la vida ciudadana», defiende la organización que desarrolla la campaña europea ‘Clean cities’, para reclamar a las administraciones medidas en este sentido.

El informe recuerda que según el Banco Mundial, los costes sanitarios derivados de la contaminación suponen al menos unos 50.000 millones de dólares al año, el equivalente al 3,5 por ciento del PIB español sin tener en cuenta el coste de los daños a cultivos y ecosistemas.

Finalmente, Ecologistas en Acción recuerda que los Planes de Mejora de la Calidad del Aire son obligatorios según la legislación vigente pero en «muchos» casos no existen y en otro son «inefectivos» por falta de voluntad política.

En la actualidad, diez comunidades autónomas incumple con su obligación de elaborar planes de lucha contra el ozono en las zonas donde se exceden los objetivos legales, una negligencia administrativa que ha puesto de manifiesto el Tribunal Supremo.

La solución que propone la organización para mejorar la calidad del aire pasa por disminuir el tráfico motorizado, potenciar el tránsito peatonal, la bicicleta y el transporte público limpio, así como promover el ahorro energético, central térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésemos, reducir el uso del avión y declarar sin dilaciones un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo, como las existentes en el Mar Báltico y el Mar del Norte.


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