El escritor publica ‘Es extraña la amistad’, un canto a esta relación «desde el lado oscuro»
VALÈNCIA, 27 (EUROPA PRESS)
El escritor Javier Puebla asegura que la producción industrial «no fomenta la originalidad». «Los autores originales –dice– sólo somos cómodos de manejar después de muertos, pero hay lectores que incluso mientras estamos vivos nos saben apreciar. Levanto mi copa y brindo por todos ellos».
Así lo recalca el autor en declaraciones a Europa Press con motivo de la publicación de ‘Es extraña la amistad’ (Algaida), una obra difícil de clasificar en la que reaparece el personaje de Frederic Traum, protagonista y narrador de ‘Sonríe, Delgado’, la novela con la que Puebla se proclamó finalista del Premio Nadal en 2004.
Acerca de este nuevo libro, el narrador comenta que, «si el viento es el aire en movimiento, la amistad es la vida en movimiento». «Para mí, ‘Es extraña la amistad’ es algo parecido a que Darth Vader hiciese todo lo posible para encontrar un amigo, un amigo del alma. Y, por lo tanto, la novela es un canto a la amistad desde el lado oscuro».
Recuerda Puebla que en ‘Sonríe Delgado’, exploró «el precio del amor y el dolor y la tristeza que deja cuando desaparece y nos traicionan». Ahora, pensó que el personaje protagonista era «perfecto para bucear también en el tema de la amistad, que es el único ámbito de las relaciones humanas que no está reglado jurídicamente».
«UN DELGADO Y LIMPIO RAYO DE LUZ»
La historia ha tenido un largo período de elaboración y, por ello, ha experimentado transformaciones. «La novela era aún más oscura en sus primeros borradores, han sido dieciséis años de guardarla y sacarla del cajón, muchas, muchísimas veces. La última versión, la publicada, está inesperadamente atravesada por un delgado y limpio rayo de luz», asevera.
Preguntado por el debate sobre estrategias comerciales y los premios literarios, Javier Puebla ha reivindicado que el finalista del Nadal «era una maravilla, un premio limpio que no buscaba siquiera resultados comerciales inmediatos». «Es una pena que desapareciese, y ojalá volviera a convocarse», ha exclamado.
Añade que «en la industria siempre es difícil ser original, porque la producción industrial se basa en abaratar costes y jamás le ha importado ni le importará la calidad del producto final, cuanto más vulgar mejor». «A prácticamente ningún ejecutivo le gusta tener que trabajar con la originalidad», concluye».
Javier Puebla tiene en su haber numerosos galardones, tanto en prosa –Premio Berenguer por ‘La inutilidad de un beso’, además del finalista del Nadal– como en poesía: Premio Vicente Presa por ‘El gigante y el enano’. En 2010 recibió el Premio Cultura Viva por elconjunto de su obra.
- Te recomendamos -
