Reclama tras el 12M “mayorías sólidas y estables que permitan hacer políticas ambiciosas”
BARCELONA, 16 (EUROPA PRESS)
El Cercle d’Economia defiende un nuevo modelo de financiación autonómica basado en un pacto fiscal entre el Estado y las Comunidades Autónomas (CC.AA.) que permita a éstas gestionar sus tributos bajo los principios de solidaridad y ordinalidad.
El presidente del Cercle, Jaume Guardiola, y el director general, Miquel Nadal, han presentado este jueves el documento ‘Impulsar la productividad. Claves para recuperar el dinamismo económico y mejorar el bienestar de la ciudadanía’ a modo de premisa de la 39 Reunió Cercle d’Economia que se celebrará los días 22, 23 y 24 de mayo.
El este documento, la entidad advierte de que una repetición electoral tras las elecciones catalanas de este domingo aumentaría la desafección ciudadana hacia las mecánicas democráticas, y exige “forjar mayorías sólidas y estables que permitan hacer políticas ambiciosas”.
Entienden que el actual sistema de financiación, aprobado en 2009, no garantiza la suficiencia financiera de las Comunidades Autónomas (CC.AA.), porque “es opaco y profundamente injusto, tanto en la distribución de recursos entre la administración central y las autonomías como entre las propias autonomías”.
“No favorece la corresponsabilidad fiscal de las CC.AA., sino que se basa en un mecanismo interno de transferencias gestionado por la administración central, que además se liquida con dos años de retraso, de forma que impide cualquier ejercicio de planificación presupuestaria”, explican los autores del informe.
“La llave maestra del nuevo modelo recae en la capacidad que tengan las CC. AA. para diseñar una política tributaria que les otorgue capacidad financiera suficiente y en la que sean corresponsables de sus ingresos y gastos”, indican.
Y por eso “es imprescindible que (las CC.AA.) puedan gravar las bases fiscales que se generen en su territorio (con alguna excepción, como los ingresos de aduanas, por ejemplo), disponiendo de la correspondiente capacidad normativa y recaudatoria”.
“Por su parte, el pacto fiscal (también denominado financiación singular o financiación propia) va más allá. Propone un sistema en el que las comunidades autónomas recaudan todos los impuestos y en el que se establece un fondo, similar al cupo vasco, para pagar los servicios comunes que provee la administración central”.
El sistema “se tendría que cerrar con un mecanismo que asegurara un mínimo nivel de solidaridad –tasada, transparente y que respetara el principio de ordinalidad ajustado por el coste de la vida– entre comunidades autónomas”.
La creación de este mecanismo tendría que ser “una oportunidad para incorporar a las comunidades de régimen foral en el mecanismo de la solidaridad interterritorial de España”.
El Cercle cree que puede haber “la tentación desde los grandes partidos estatales de pensar que los costes económicos y políticos de la reforma son muy grandes y que es mejor dejar las cosas como están o hacer un mínimo retoque en el sistema vigente”, lo que, a su juicio, sería un error.
“No hacer nada tiene unos costes todavía más grandes. No solo porque condena a las CC.AA. a operar con un sistema muy deficiente y obsoleto, sino también porque, como hemos manifestado reiteradamente desde el Cercle, una parte no menor de la desafección creciente que ha habido en Catalunya en los últimos años respecto a España tiene que ver con la falta de voluntad política para abordar el problema de la infrafinanciación crónica de la Generalitat”, aseguran.
ELECCIONES CATALANAS
Respecto a los resultados de las elecciones del 12 de mayo en Catalunya, considera que han “dado paso a un escenario complejo, en el que no será fácil forjar una mayoría de gobierno, y varios de los principales partidos podrían incurrir en la tentación de una repetición”.
“Entendemos que resignarnos a la convocatoria de unas nuevas elecciones sería un mal síntoma, ya que podría aumentar la desafección de la ciudadanía respecto a la mecánica democrática”, añaden.
Y avisan de que “aquello que conviene al país es el pacto y la transacción para forjar mayorías sólidas y estables que permitan hacer políticas ambiciosas. En tiempo de polarización que degrada la capacidad transformadora de la política, es la hora de una transversalidad que permita repoblar el centro, desde el que se puede avanzar colectivamente.
RETOS PARA AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD “Aportamos nuevos datos para interpretar como se ha producido la pérdida de productividad e identificamos retos que tendrían que ser prioritarios para los gobiernos de España y de Catalunya”, afirma la entidad en relación al documento aprobado.
En este sentido, señalan cuatro grandes retos para que “las economías catalana y española abandonen las posiciones de mediocridad que ocupan en la actualidad”: Educación y formación de capital humano, Investigación e innovación, Infraestructuras y Reforma de la administración.
El Cercle alerta a los políticos: “Necesitamos su liderazgo realista y a la vez ambicioso. La legislatura que empieza después de las elecciones del 12 de mayo es una oportunidad que no se puede perder”.
MEDIOCRIDAD
Las dinámicas recientes, avisan, “son preocupantes. Muestran una economía abocada a la mediocridad si no se actúa de manera urgente, coordinada y con determinación”.
En su nota, la entidad explica que el crecimiento de la productividad en España “es mucho más bajo y se aleja del de la Unión Europa”, pues entre los años 2000 y 2022 la distancia se ha doblado al pasar de un 6% a un 12% inferior, acercándose a las regiones menos productivas de la UE.
El mensaje que ofrecen Catalunya y la Comunidad de Madrid, los dos grandes motores de la economía española, “tampoco es alentador”, advierten, pues el crecimiento de la productividad de ambas también ha sido muy bajo y se aleja de las regiones europeas más productivas.
Se trata, precisan, de un problema estructural que “no se puede atribuir a un gobierno en concreto –de Catalunya o de España, de un partido o de otro–, pero sí que les concierne a todos”.
Consideran que hay un problema de estructura sectorial, “muy sesgada hacia el sector terciario menos productivo”, y un problema de dimensión empresarial, pues el tejido productivo está formado mayoritariamente por pymes, lo que, en sus palabras, hace difícil explotar economías de escala y ganar productividad.
Conseguir un crecimiento sostenido de la productividad, por encima de la media europea, “tendría que ser el gran objetivo de los próximos años. Solo así será posible que las economías catalana y española abandonen las posiciones de mediocridad que ocupan en la actualidad y se acerquen a la parte más elevada del ranking europeo”.
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