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Los acusados aseguran que la víctima fingió su propio secuestro para obtener dinero y pagar sus deudas

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La víctima lo niega y dice que no pidió ayuda cuando pudo porque le hubieran hecho lo mismo «al día siguiente» si no pagaba

TOLEDO, 21 (EUROPA PRESS)

Tres de los cuatro acusados del delito de secuestro de F.R.E., el día 21 de noviembre de 2017 en Santa Olalla (Toledo), han coincidido este martes en asegurar que fue la propia víctima la que planeó y fingió su propio secuestro para lograr una cantidad de dinero con la que pagar las numerosas deudas que había contraído.

Ha sido durante la primera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Toledo contra C.E.M., R.M.F, A.B.P. y N.M., durante la que los tres primeros han explicado que fue F.R.E., antes de ocurrir los hechos, el que les propuso autosecuestrarse para obtener dinero de sus padres y afrontar diversos pagos.

El primero de los imputados, C.E.M. –propietario del club de alterne ‘Erótica’ situado en la autovía A-5, en Otero (Toledo)– ha relatado cómo oyó una conversación en la que la víctima le contaba a A.B.P. que estaba preparando su propio secuestro, algo que había hecho «varias veces y le había salido bien». A él le ofreció 5.000 euros por «darle cobertura», dejándole dormir en el club para que nadie le viera durante esos días.

El día 21 recibió una llamada de A.B.P. para quedar con la víctima y recogerle y cuando llegó al lugar, aquel se subió en la parte trasera del coche y se agachó «para que no le vieran». Tras llamar a su casa anunciando el secuestro, le llevaron al club, donde «es totalmente falso» que le obligaran a entrar, asegurando que la víctima «se metió tan tranquilamente» al local.

C.E.M ha comentado que cuando se dieron cuenta de que el plan «no iba a salir» y que «no se podía hacer nada» y no veían «la manera» de consumarlo, llevaron a F.R.E. a una parada de autobús y le dieron dinero. También ha confesado que la primera vez que la víctima les contó el plan se lo tomaron «a risa».

Asimismo, ha señalado que él nunca suministró droga ni a R.M.F. ni a la víctima, y que tenía una deuda adquirida con el primero por la venta de unos coches, pero que esa deuda no tenía que ver con la que la víctima tenía con R.M.F.

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Este último ha apuntado que tenía una relación de amistad con la víctima desde noviembre de 2017 y por eso «no había amenazas» entre ellos, y que en esa época había pedido un crédito para montar un bar, pero como no llevó a cabo el proyecto y tenía el dinero en efectivo, le fue prestando a la víctima para sus deudas, algunas de las cuales eran de drogas y otras de créditos o de averías de coche.

Aunque la víctima devolvió el dinero en varias ocasiones, llegó un punto, según R.M.F, en el que la deuda alcanzó los 17.000 euros y F.R.E. «empezó a demorarse» en el pago, de tal forma que el 20 de noviembre lo llamó para pedirle lo que le debía. Fue en ese momento, cuando aquél le propuso que hicieran un secuestro porque «estaba desesperado por conseguir dinero», e incluso llegó a ofrecer entrar en la fábrica de su familia.

El tercero de los acusados, A.B.P., ha indicado que la víctima era cliente habitual de su local, el club de alterne ‘Los Ángeles’, que consumía cocaína pero no sabía quién se la suministraba y que empezó a escribirle insistentemente pidiéndole ayuda a través de Facebook. La primera vez le pidió 2.500 euros alegando «problemas económicos» y la segunda vez le solicitó 300, dinero que se negó a darle.

Fue entonces, según A.B.P., cuando la víctima le comentó «que podría hacer su autosecuestro y yo recibir algún dinero por ayudarle». «Nos empezamos a reir de él» pero dijo que no era la primera vez que lo hacía, que «una le salió bien y otra mal» y que sus padres no era de «llamar a la policía» por lo que «no iba a haber ningún problema» y que podrían llevar a cabo el secuestro «el día que tenían el dinero de las nóminas en la fábrica de mazapanes» de su familia.

«En ningún momento» ni él ni C.E.M. le dijeron que le iban a ayudar, ha subrayado, asegurando que, no obstante, siguió «insistiendo en hacerlo». «La historia va adelante», ha relatado, cuando la propia víctima le indicó que tenía «un plan» y que necesitaba tener un sitio donde dormir para que su familia no supiera dónde estaba.

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Aunque F.R.E. quería que lo esconcieran en ‘Los Ángeles’ finalmente lo llevaron a ‘Erótica’, donde se hizo unas rozaduras con bolsas de basura –«para que su madre creyera que estuvo atado»–. Al día siguiente decidieron poner fin al secuestro, al darse cuenta de que la víctima no tenía medios para cobrar su rescate y que el pueblo estaba lleno de policías y se iban a «buscar un problema».

El último de los acusados, que trabajaba de camarero en ‘Los Ángeles’, ha indicado que a la víctima solo lo había visto una vez antes de aparecer el 22 de noviembre por la oficina del local, donde dijo que quería ver a A.B.P. y que «estaba preocupado y quería llamar a su madre». Además, N.M. ha explicado que le llevó un plato de comida a F.R.E. y que en ningún momento vio que le agredieran, le golpearan o que hubiera «voces más altas que otras».

ESTABA «MUERTO DE MIEDO»

A continuación ha declarado la víctima, que ha admitido que consumía cocaína habitualmente y que esta sustancia se la suministraba el acusado R.M.F, quien a veces le fiaba, y que llegó a alcanzar una deuda «pero no de tanto como dicen». Según su relato, fue C.E.M. el que le pidió el dinero que le debía a R.M.F, quedaron y le pidió que montara en un coche, al que subió voluntariamente.

Según ha indicado, él mandó unos mensajes para quedar con A.B.P., pero quien apareció fue C.E.M. con su coche, al que subió y fueron a Torrijos para comprar un bolígrafo, aunque en el minuto en que estuvo solo en el vehículo no avisó a nadie ni se marchó del coche porque estaba «muerto de miedo» y porque «al día siguiente hubiera sido igual» y «hubiera pasado lo mismo».

Preguntado por el hecho de que estando supuestamente secuestrado en el local ‘Erótica’ no pidiera socorro sino que saliera por una ventana a llamar a A.B.P, y por el hecho de que habiendo un restaurante de transportistas entre un club de alterne y otro no aprovechase cuando escapó del primero para pedir ayuda, ha insistido en que él solo quería que todo «acabara y punto».

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La víctima, que ha reconocido que alguna vez engañó a su familia para conseguir dinero pero que no propuso a los acusados «nada de ir a la fábrica de sus padres», ha relatado que tras llamar a su madre y pedir el dinero, lo llevaron al club ‘Erótica’, donde le pusieron unas bolsas en las manos y le metieron en un baño atado y con los ojos tapados, desde donde ya de día salió en dirección al club ‘Los Ángeles’. Durante este tiempo, ha destacado que estaba bien pero «aterrorizado».

Durante la sesión también ha declarado la madre de la víctima, que ha apuntado que sabían que su hijo consumía cocaína pero no que había contraído una deuda. Pensaron que lo ocurrido era «una extorsión» para sacarles dinero y cuando recibieron la llamada pidiendo 45.000 euros llamaron a la Guardia Civil, que ya se hizo cargo de los hechos.

La novia de la víctima, llamada a declarar, no ha podido hacerlo al haber seguido las declaraciones previas de todos los acusados y F.R.E. desde el interior de la sala, mientras que los agentes de la Guardia Civil que han pasado por la Audiencia han explicado que desde que recibieron la primera llamada vieron «indicios de veracidad».

Sobre la víctima, han coincidido en subrayar que «estaba aterrorizado», «muy asustado» y que decía «incoherencias» como las de su relato inicial, en el que afirmó que cuatro personas de color negro lo habían secuestrado en una furgoneta, momento en el que le conminaron a decir la verdad.

«La situación de estrés, ansiedad y miedo que vi reflejada es la misma que la que he visto reflejada en otras víctimas de secuestro», ha concluido otro de los agentes, que ha señalado que el acusado identificó primero a C.E.M., y luego a R.M.F., como autor intelectual del secuestro.


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